Conocen a Dios como su creador y se sienten amados por Él. Reconocen a Cristo como su Salvador demostrándole su amor al permanecer en su Palabra: obedeciendo sus mandamientos, amando a su prójimo como a ellos mismos y mostrando devoción en todo acto público y privado.
Se lideran a sí mismos a partir de conocerse cada vez mejor como hijos de Dios únicos y creados con un propósito y lideran a otros a través del servicio. Para liderarse y liderar a otros desarrollan hábitos adecuados, muestran convicción y persistencia en las tareas y metas que enfrentan y asumen la responsabilidad de sus acciones y deberes. La solidez de su carácter siempre está acompañada de flexibilidad para adaptarse a diferentes situaciones y desafíos.
Realizan actividad física, cuidan su aseo personal, se alimentan adecuadamente, descansan las horas necesarias para su edad y se recrean en familia y socialmente cuidando su salud de manera consciente. Interactúan respetuosamente en la práctica de distintas actividades físicas cotidianas o deportivas.
Buscan acercarse a la verdad con una actitud constructiva y cooperadora, para ello piensan de forma sostenida y sistemática sobre hechos, situaciones, fenómenos o comportamientos para comprenderlos con profundidad. Analizan sus partes y la relación entre estas; evalúan afirmaciones, argumentos y creencias para interpretar la información de manera objetiva y ética antes de emitir una opinión o juicio de valor. Hacen de la reflexión una práctica constante para conocerse, evaluarse y tomar decisiones.
Identifican, comprenden y manejan sus emociones. Sienten y muestran empatía por los demás, establecen y mantienen relaciones de apoyo para lograr metas positivas personales y colectivas. Toman decisiones responsables y afectuosas promoviendo su crecimiento emocional y por ende el intelectual.
Se conectan con otros al identificar características e intereses comunes y apreciar sus diferencias, lo que les permite crear un sentido de pertenencia y trabajar de manera sinérgica. Toman decisiones retadoras en conjunto, asumen la responsabilidad compartida del trabajo colaborativo y valoran las contribuciones individuales.
Se comunican de manera efectiva articulando sus pensamientos e ideas con una variedad de propósitos de forma ética en diversos entornos. Desarrollan sus habilidades orales, escritas y no verbales.
Escuchan con eficacia para descifrar el significado, incluido el conocimiento, los valores, las actitudes y las intenciones. Utilizan múltiples medios y tecnologías, y saben cómo juzgar su eficacia como una prioridad, así como evaluar su impacto.
Desarrollan su creatividad trabajando con otros para generar nuevas ideas o acciones, pertinentes y relevantes para resolver problemas. Reflexionan continuamente sobre las posibles soluciones reconociendo las limitaciones que se presentan para reducirlas o eliminarlas al emplear un pensamiento divergente, flexible y estratégico. En este proceso mantienen una mentalidad de crecimiento viendo el error como una oportunidad para aprender y un impulso para seguir desarrollándose.
Usan críticamente la información, las nuevas tecnologías, herramientas digitales y redes sociales. Además, crean contenidos digitales y productos tecnológicos de manera responsable y para beneficio de la sociedad.
Actúan de manera independiente al realizar por sí mismos tareas propias de su edad y toman decisiones de forma reflexiva y responsable sin seguir opiniones, gustos o mandatos de otros.
